Consiste en rociar las hojas de té con CO2 a alta presión. Aunque este método es más costoso, se utiliza en los tés de gran calidad, haciendo así que conserven intactas todas sus propiedades, aroma y sabor.
Y todo esto sin perjudicar nuestra salud, ya que el CO2 (Dióxido de Carbono), es una parte natural del aire y físicamente inofensivo. Disfruta de un buen té sin perder el sueño!!